El karate para mí es un arte marcial muy especial, ya que el karate nos ofrece un crecimiento espiritual enorme. El karate es un arte, dónde yo me siento bien conmigo misma, me concentro en lo que hago, alimento mi espítiru, me lleno de valor, soy fuerte, soy paciente y sobre todo estoy en un estado de armonía con mi mente y cuerpo.
Hay gente que opina que el karate es un arte marcial que no sirve para la calle, que lo que es realmente bueno para la calle es el boxeo, dicen que romperse los dientes ayuda más que el entrenamiento de la fuerza del propio cuerpo y la cantidad de posibilidades que nos ofrece. Un karateka nunca utiliza el karate para hacerle daño a otros, por el contrario, un karateka solo utiliza la técnica cuando su integridad física se ve amenazada.
El karate es lo mejor que me ha pasado, me ha enseñado a defenderme y a controlar mi fuerza, también me ha enseñado algo muy valioso, a ser mejor persona y no un "animal" que se deja controlar por su ira y sus impulsos físicos.
Un karateka tiene unos cánones que debe seguir al recibir su cinturón; implica tener 100% de responsabilidad al utilizar ésta técnica.
El karate, aunque muchos lo vean como "una compleja combinación de puñetazos y patadas" es en realidad una técnica muy especial que conecta el cuerpo y espíritu para protegerse sin necesitad de ningún tipo de armas más que tus extremidades.
Si quieres aprender a defenderte, y eliges el karate, no te arrepentirás porque lo pasarás bien; te motivará y te dará fuerzas. El karate de hace consciente es una ventaja, es algo que te mejora y te hace crecer como persona. El karate te enseña a respetarte y a respetar a los demás.
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